El líder criminal fue detenido al sur de Lima cuando iba a reunirse con su mano derecha. Ya son nueve los arrestados por el brutal asesinato de Brenda, Morena y Lara. Lo acusan de planear el crimen y transmitirlo en vivo como mensaje narco.
Tras una intensa investigación internacional, la Policía Bonaerense, en conjunto con la Dirección Antidrogas de la Policía Nacional de Perú, detuvo a Tony Janzen Valverde Victoriano, alias “Pequeño J”, señalado como el autor intelectual del triple femicidio narco que conmocionó a Florencio Varela.
La captura se concretó en la ciudad de Pucusana, al sur de Lima, luego de un operativo coordinado que incluyó seguimientos telefónicos, monitoreo en tiempo real y cooperación entre las fuerzas de seguridad de ambos países. “Pequeño J” tenía pedido de captura internacional y fue arrestado cuando se dirigía a un encuentro con su mano derecha, Matías Agustín Ozorio, en la plaza Parque Lima del distrito Los Olivos.
Ambos fueron interceptados por separado: primero cayó Ozorio y, poco después, Valverde Victoriano, quien había ingresado ilegalmente a Perú desde Bolivia oculto en un camión de pescado, tras evadir dos controles policiales y cambiando chips de celulares constantemente para despistar a las autoridades.
Con esta detención, ya son nueve los acusados detenidos por el aberrante asesinato de Brenda del Castillo, Lara Gutiérrez y Morena Verdi, ocurrido la noche del 19 de septiembre. Las jóvenes fueron engañadas con la promesa de asistir a una fiesta, pero en realidad fueron secuestradas, torturadas, asesinadas y enterradas. Parte del crimen fue transmitido en vivo a través de redes sociales, según la hipótesis principal del caso.
Una red narco, chicas reclutadas y un plan macabro
Según la investigación a cargo del fiscal Carlos Adrián Arribas, “Pequeño J” operaba desde la villa 21-24 de la Ciudad de Buenos Aires, donde había instalado un búnker que, según autoridades, fue «tomado a sangre y fuego». Su objetivo: expandir la venta de tusi —una droga sintética— al Bajo Flores y Florencio Varela.
El ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, lo describió como “un sádico, terriblemente cruel”, que operaba con una red de jóvenes mujeres, muchas menores de edad, con estética reggaetón y hip hop, a quienes usaba para fines logísticos y delictivos. Las víctimas, Brenda, Morena y Lara, habrían sido ejecutadas como parte de un mensaje narco, en una escena planificada y registrada para generar impacto.
Los otros detenidos:
Entre los ya arrestados se encuentran Magalí Celeste González Guerrero, Andrés Maximiliano Parra, Iara Daniela Ibarra y Miguel Ángel Villanueva Silva, actualmente alojados en el penal de Melchor Romero. También fueron capturados Víctor Sotacuro Lázaro, en la frontera boliviana, y Ariel Giménez, acusado de cavar la fosa y enterrar los cuerpos. Florencia Ibáñez, sobrina de Sotacuro, fue detenida tras comprobarse que estuvo con él la noche del crimen.
Una trama de horror con sello narco
El triple femicidio fue planeado con precisión y brutalidad. Las adolescentes fueron vistas por última vez en una camioneta blanca Chevrolet Tracker, donde incluso llegaron a sacarse una foto. A las pocas horas, fueron torturadas y asesinadas. El detalle más macabro: parte del ataque fue transmitido en vivo, una práctica narco cada vez más utilizada para imponer miedo y demostrar poder.
Ahora, con la caída de “Pequeño J” en Perú, las autoridades esperan esclarecer el rol de cada uno de los detenidos y avanzar con la acusación formal. Mientras tanto, el caso sigue sacudiendo a la opinión pública por su nivel de violencia, crueldad y el perfil delictivo del líder de la banda.