En Santiago de Chile, el equipo dirigido por Diego Placente fue superado 2-0 por el conjunto africano, que hizo historia con un doblete de Zabiri.
Una ráfaga letal de 20 minutos bastó para que el sueño se esfumara. La Selección Argentina Sub-20 cayó este domingo 2-0 ante Marruecos en la final del Mundial de la categoría, disputada en el estadio Nacional Julio Martínez Prádanos, de Santiago de Chile, y no pudo coronarse por séptima vez en su historia.
El conjunto africano, que venía siendo una de las revelaciones del certamen, golpeó con contundencia en el primer tiempo. A los 11 minutos, Zabiri abrió el marcador y, antes de la media hora, volvió a convertir para sellar el resultado definitivo. Fueron dos acciones precisas que desnudaron las únicas desatenciones de una defensa argentina que había sido sólida durante todo el campeonato.
Pese a dominar la posesión durante gran parte del encuentro y mostrar carácter para intentar reaccionar, el equipo nacional no logró encontrar los caminos para quebrar la férrea defensa marroquí. Le faltó claridad en los últimos metros y profundidad para inquietar al arquero rival. Así, el seleccionado juvenil cerró su participación con la única derrota en el torneo, aunque en el partido más importante.
La campaña de Argentina había sido impecable hasta la final. En la fase de grupos, consiguió puntaje ideal tras vencer a Cuba (3-1), Nueva Zelanda (4-1) e Italia (1-0), mostrando una notable superioridad táctica y técnica. En octavos de final goleó 4-0 a Nigeria, reafirmando su condición de candidato. Luego, superó 2-0 a México en cuartos y eliminó a Colombia en semifinales gracias a un gol de Mateo Silvetti a los 72 minutos.
Con Diego Placente como entrenador, la Albiceleste construyó una identidad marcada por el equilibrio, las transiciones rápidas, la solidez en el fondo y un fuerte compromiso colectivo. Esos atributos fueron la base del recorrido que la llevó hasta el último partido.
Si bien el desenlace no fue el esperado, la actuación del conjunto argentino deja una huella positiva. No solo por el rendimiento colectivo, sino también por la proyección de varios talentos que, en el corto plazo, podrían tener lugar en la Selección Mayor.
Marruecos, en tanto, celebró el mayor logro de su historia en la categoría. Con una actuación eficaz y un planteo inteligente, logró lo que parecía improbable: dejar sin título a una Argentina que llegaba con un funcionamiento aceitado y una racha invicta.
