La vicepresidenta se interiorizó el martes del material que el gobierno difundirá este domingo por el Día de la Memoria, pero persisten las discrepancias en el estilo de gestión. El entorno presidencial que cuestiona.
Blanqueó en público, en el prime time televisivo, lo que en las últimas semanas había sostenido en conversaciones privadas, en torno a sus notorias diferencias con la Casa Rosada. No se guardó nada: volvió a defender la sesión de la semana pasada en la que los senadores rechazaron el DNU 70 de desregulación de la economía, insistió en que se debería haber convalidado el aumento de la dieta de los legisladores, dijo que no estaba de acuerdo con el proyecto de ley que autoriza a las Fuerzas Armadas a intervenir en casos de seguridad interior, se diferenció de la rebelión fiscal bonaerense que promocionó José Luis Espert -lo señaló con especial énfasis-, y que fue convalidada por el propio Javier Milei, y aseguró que no la desvela ser presidenta, pero que no lo descarta.
A Villarruel, la revisión de los ‘70 y, en particular, la condena efectiva para genocidas con edad avanzada que, según ella, deberían tener el beneficio de la prisión domiciliaria, son temas de especial interés. “En los ‘70 se combatió al terrorismo, y ¿dónde están los que lo combatieron? Presos”, sentenció en la entrevista.
En diálogo con TN, la titular del Senado, en el comienzo del reportaje, hizo referencia al aumento de sueldos de los legisladores que luego debió retrotraer junto a Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados: “Un legislador es la persona que representa a las provincias, en la casa del Senado, y al pueblo argentino en Diputados. Creo que tienen que ser retribuidos en forma digna, para la importantísima tarea delegada. Si no sólo serían legisladores los ricos, los narcos. Tienen que ganar bien y no ganan bien”.
Sobre su relación con Milei, la Vicepresidenta expresó: “Está bien. Somos dos personas que se complementan. Él es más vehemente en la vida pública y tranquilo en privado. Yo al revés, y nos complementamos. Creo que es lo que privilegió el pueblo argentino porque es algo muy completo. Hoy desayunamos. Me esperó con galletitas tipo exprés y le dije ‘qué bodrio’, dame una medialuna’. Me dijo ‘pedí lo que quieras’. Hay buena onda”.
Sobre Malvinas, de cara al homenaje del 2 de abril, anticipó que habrá una ceremonia en el Senado: “Teníamos ganas de un desfile militar pero tiene un costo muy oneroso. Vamos a hacer un homenaje a los veteranos. Yo tengo Malvinas en el corazón todos los días de mi vida. Siempre es 2 de abril. El Presidente los tiene presentes a los veteranos. Él me eligió sabiendo que es una de las causas que más me importan”.
En el cierre de la entrevista, la Vicepresidenta hizo mención a una posible visita del papa Francisco: “Me gustaría que viniera. Tiene que venir a su patria de origen, abrazarse con el pueblo argentino. Acá somos críticos con los grandes. Tiene que tener su abrazo, lo estamos esperando. Ojalá Dios le de la salud para que puede venir”.