La tristeza, la desolación y la angustia seguirán presentes por un tiempo en la vida de los cordobeses que vivieron momentos de desesperación ante los feroces incendios del lunes y el martes.
Las viviendas más cercanas al monte quedaron rodeadas por las llamas y hoy el paisaje que antes era verde y estaba poblado de animales se ve oscuro y sin vida. Esa es la imagen del día después.
Las historias y experiencias de los vecinos de la zona estremecen. Para un medio de comunicación, un profesor de gimnasia contó que en la pandemia se reinventó y empezó a usar las sierras para practicar deporte. “Es parte de mi trabajo, acá entreno gente y armé un circuito”, comentó sobre su trabajo.
Sin embargo, admitió que, pese a haber perdido el lugar donde dictaba sus clases, lo que importaba “eran las propiedades y la vida de la gente”. “Ver los árboles de 15 metros prendidos fuego, como va devastando todo a su paso y la fuerza de gente. Somos tan chiquitos al lado de tanta furia”, expresó.
Después de la catástrofe mantuvo una charla con un vecino y guardó una frase. “Me dijo ‘no todo está perdido, ¿viste lo que fue esto hoy’”, por la solidaridad entre las personas.